Ya comprende un servidor
que el gatillazo de ayer
no encoña al mejor postor,
Sin edad de merecer
puedo seguir siendo yo
cuando me da por crecer
¿Por qué en Gijón, madre mía,
Donde yo menos quería
pasó lo que me pasó?
Mi garganta pajillera
con costo en la faltriquera
dijo que sí, pero no.
Lo malo es que el Jovellanos
se me escapó de las manos
por do más pecado había…
El Titanic y el grumete
salsa rosa caga y vete
menstruo de cuaderna vía.
A mi Nano, en Nueva York
se le atravesó el terrat
y Manhattan lo adoptó
y a Pablo, cuerpo presente,
cuando fue a Chile, a pisar
nuestras calles nuevamente
Las pisó, claro que sí,
cayendo chuzos de punta
pero estuvimos allí.
Los del barçá, los valdanos,
las zidanes cejijuntas,
los talibanes cubanos.
Y, sin embargo, esa voz
enmudeció de repente
para darnos otra coz,
cambiarle la jeta a Acebes
es lo mejor de la noche
de este concierto tan breve.
Mañana será otro día
volveré a ser el fantoche
de calle melancolía.
Joaquín Sabina
Primer Gatillazo, Gijón Diciembre de 2005
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